El Silencio de una Mujer

CAPITULO II
“Estrenando vida de casada”
La noche fué larga, eterna diría yo, fué difícil dormir sintiendo ese toro cerca de mí, además era la primera noche que dormía junto a alguien, adaptarme a un espacio más reducido en la cama (desde niña había dormido en cama matrimonial y era para mí sola), no estaba acostumbrada a sentir el calor de alguien más, su respiración, sus movimientos para cambiar de postura, además la casa era extraña, las almohadas duras, el colchón no se parecía al mío, me estaba dando cuenta que anhelaba mi cama, y consiente de que todo cambio implica un sacrificio el de la adaptación de una mujer casada, en otra casa, con otra vida.
Mi madre me preparó para esa vida matrimonial, como ya les había comentado en la casa hacía multiples tareas, mi madre decía la mujer andina es trabajadora, echada palante, hogareña, la gocha, como decimos aquí, es arrecha, por lo que si no sabe cómo hacerlo pregunta y resuelve… Ya bastante motivada estaba con las palabras de mamá y no iba hacer un reto para mí las tareas del hogar.
Recuerdo que mi madre con sus lecciones diarias y sus groserías de por medio decía: Aprenda no joda, aprenda, que no le voy a durar toda la vida, el día que se case, al menos el marido diga: ¡esa vieja coñoemadre le enseño hacer mujer asendosa y no una floja!, así que si va hacer las cosas hágalas bien hechas o sino no haga un “toche” (palabra que en el léxico del estado Tachira significa muchas cosas, prácticamente se refiere a todo.
Así que esperé que amaneciera, me levanté con cuidado para no despertar a Cheo y busqué entre gavetas, cajones y nevera que había para prepararle a “mi esposo” su desayuno. Lo miraba dormir mientras cocinaba y me preguntaba… ¿Cómo fue capaz de creerle a la hermana? ¿Cómo fue capaz de creer que yo era una loquita? ¿Cómo? Seguía muy herida, así que decidí darle no solo una lesión a él, sino a su familia, ya que por culpa de su hermana me tenían rabia, según ellos era una cualquiera. Pensaba, que rabia es que te juzguen, te hieran, te dañen, te destruyan sin conocerte, solo por un chisme, solo por la maldad de levantar falsos testimonios…
Yo era inocente, a pesar que era muy espontánea y bochinchera (sanamente) no me gustaban los problemas y tal vez era muy tonta y no tuve el coraje para ir a reclamarle a la hermana de Cheo su gran mentira y difamación.
Así que mi mejor venganza sería ser una mujer abnegada, juiciosa, buena esposa y que se tragara sus palabras. Continué con la preparación del desayuno hasta que Cheo despertó.
Cheo se levanta buscándome en su cama, y al no conseguirme inmediatamente se levanta desorientado mirando hacia los lados, temeroso que yo haya huido de lo sucedido en la noche anterior, se coloca las manos en su cabeza con cara de preocupación y suspira…
Yo, Observándolo desde la cocina sonreí y le dije no te preocupes estoy aquí, no me he ido ni me iré, estoy preparando el desayuno, sorprendido se dirige hacía mí y me pregunta que hora es, le dije son las 7, si quieres duerme otro rato que aún no termino el desayuno…
Cheo: ¿Porqué te levantaste temprano? Es fin de semana
Le respondo: Casi no pude dormir bien, y ya no quería estar más en la cama.
Cheo: ¿Acaso te incomodé?
Yo: No, solo que extrañaba mi cama, mis almohadas, mi casa. Pero no te preocupes que es solo cuestión de acostumbrarme.
Cheo: ¿Puedo saber que preparas?
Yo: Si claro, un caldo de papás con huevo, unas arepitas y café con leche.
Cheo: no creía que supieras cocinar, y te huele muy rico la cocina.
Yo: Ahhhhh claro olvide que soy una loquita de carretera.
Cheo: por favor no vayas a empezar, apenas estamos comenzando el día y quiero llevar la fiesta en paz. Me dice: Dagne… ¿Acaso no me piensas perdonar?
Yo: Desde que tomaste la decisión de no casarte conmigo ante Dios, no has mostrado ni una sola vez arrepentimiento, una disculpa, una buena razón para que crea que fué una inmadurez de momento y no una decisión final, es ahora que te escucho decirlo, pero no importa Cheo, démosle tiempo al tiempo y solo Dios sabrá que pasará con nosotros.
Cheo y yo nos llevamos bien, es un buen hombre que se dejó manipular por su hermana pero me ha respetado, decimos conversar y tomar unas cuantas decisiones.
Lo primero que le dije era que tenía que respetar mi decisión de no tener relaciones con él, hasta que yo quisiera, me dijo: ¿Qué? Pero me vas a seguir castigando, aún así él de forma muy comprensiva aceptó ya que sabía que era el pago por lo que él le había hecho, pero con la esperanza de que pronto sería levantado el castigo por lo sucedido en la primera noche juntos.
Cheo sabía que yo no había tenido relaciones con nadie y por mi edad sabía que las hormonas estaban a millón, que en algún momento accedería a estar con él, ambos experimentamos algo intenso esa primera noche y quedamos con ganas.
La segunda decisión era que entre los 2 trabajaríamos fuertemente para construir un hogar, yo no quería vivir toda la vida ahí donde se abuela, al lado de su familia la cual me odia, ambos estuvimos muy de acuerdo con ello. Cheo era soltero y sin responsabilidades pero era muy trabajador y le echaba pichón a lo que fuera.
Tercera decisión: yo seguiría estudiando para culminar mi bachillerato, ya se estaba ligeramente interrumpido por todo lo del matrimonio y demás.
Cheo consigue trabajo en una compañía constructora y yo retomo mis estudios de 4to año.
Debo ser sincera y reconocer que no era la estudiante más destacada, pero tampoco era tan mala, intentaba salir lo mejor que podía, pero siendo una mujer casada con obligaciones es diferente a cuando se es soltera.
De las materias más complicadas para mí sin duda alguna fueron las numéricas, por lo que en esas no iba tan bien que se diga.
El profesor de física era un hombre mayor, viejo verde a decir verdad, y morboceaba a todas mis compañeras y yo no era la excepción… Su aspecto físico era desagradable, asqueroso, sádico… Con solo recordarlo me produce náuseas, y nunca faltaba un comentario de mal gusto y cochino de su parte, en esa época la educación era rígida, normativa, y difícil, el alumno no tenía voz ni voto y si se reprobaba una materia era difícil aprobarla.
Repruebo la materia porque había perdido 2 exámenes importantes y pese a mi esfuerzo, el profesor me manda a reparación.
En un día común de clases, se acerca a mí y me indica que necesitaba hablar conmigo al terminar la clase, la misma duró casi 4 horas y en efecto al salir todos los compañeros me dijo: señorita, ud se queda.
Aterrada, pálida, sudorosa me quedé en el salón sospechando las intenciones del profesor, en mi mente planificaba como defenderme… ¿Señorita, sabe ud que va muy mal en mi materia? Dice.
A lo que contesto con voz cortada, si señor, pero yo he estudiado bastante, pero sus exámenes son complicados y difíciles. Sonriendo en tono burlón
Él: señorita, ¿sabe que si ud no se pone las pilas la voy a raspar? Literalmente
Yo: ¿Cómo así profesor?
Él: si, así que le digo algo, es una propuesta, si ud se acuesta conmigo y se deja hacer cosas ricas, pasa materia tranquilamente y no pasa nada, se puede ud sentir tranquila porq ya estaría en 5to año, pero si ud dice que no, le tengo una mala noticia, por más que estudie, por más que se esfuerce, yo me encargaré de que ud no pasé, haga lo que haga, no aprobará mi materia.
Yo: ¿Cómo es la cosa viejo cochino? ¿Ud creé que yo voy a acostarme con ud? Jajajaja no sea sucio, que eso no va a suceder ni en sus sueños…
El profesor cierra la puerta del salón y me dice que si grito sería peor para mí, se me acerca bruscamente y con su mano izquierda me tapa la boca, y me dice al oído cállate, si cooperas no te vas a arrepentir, espero que esto quede entre los dos, con su otro brazo me aprieta la cintura, y me arrincona en la esquina del salón, metiéndome la mano en la vulva, decía eso sí está rico, fresco, tierno, como para mí, Intento moverme, para no dejarme tocar, forcejeaba sin descanso intentando escapar, pero él me ganaba de fuerza y no lograba liberarme, apretó mis nalgas y repetía varias veces, que cosita más rica, sube su mano hasta mis pechos mete su mano debajo de mi camisa apretándome un seno y decía: me encantaría chuparlo, y cogerte mamasita.
Yo, asqueada, desesperada, tomé fuerzas de dónde no tenía logré soltarme dándole una fuerte cachetada que lo dejó aturdido, corrí hasta la puerta y logré salir de allí.
Me salí del liceo, llegué a una plaza que quedaba a 2 cuadras y lloré, lloré sin parar, sin consuelo, sin descanso, recordaba como ese viejo sucio me manoseaba y me producía asco, pensaba en regresar al liceo y hablar con la directora pero no sabía si me creería, pensé en ir a casa y pedir ayuda, ¡Dios mío! ¿Qué hago?
Llego a la casa asustada, preocupada, llorando, llena de rabia y Cheo no estaba, no había llegado del trabajo.
Me sentía abusada, sentía terror, los pensamientos venían a mi cabeza y me hacían llorar de nuevo… Pensé, Cheo sabrá que hacer, se hicieron las 7pm y Cheo no llegaba, minutos después suena el teléfono y me dice:
Dagne el jefe me dejó hoy a cargo de la obra, hoy no podré ir a casa, me pidió que por favor me quedara hoy y que como recompensa me regalaría un adelanto para hacer nuestro primer buen mercado. Mientras él hablaba yo pensaba, para que le voy a contar lo que me está pasando, mejor voy a callar y cuando regrese le contaré personalmente.
Al día siguiente tenía exámen de física, por obvias razones no fuí a clases, no quería volver a verle la cara a ese señor más nunca, además estaba asustada de que volviera a tocarme y manosearme.
El profesor cierra la puerta del salón y me dice que si grito sería peor para mí, se me acerca bruscamente y con su mano izquierda me tapa la boca, y me dice al oído cállate, si cooperas no te vas a arrepentir, espero que esto quede entre los dos, con su otro brazo me aprieta la cintura, y me arrincona en la esquina del salón, metiéndome la mano en la vagina decía eso sí está rico, fresco, tierno, como para mí, Intento moverme, para no dejarme tocar, forcejeaba sin descanso intentando escapar, pero él me ganaba de fuerza y no lograba liberarme, apretó mis nalgas y repetía varias veces, que cosita más rica, sube su mano hasta mis pechos mete su mano debajo de mi camisa apretándome un seno y decía: me encantaría chuparlo, y cogerte mamasita.
Yo, asqueada, desesperada, tomé fuerzas de dónde no tenía logré soltarme dándole una fuerte cachetada que lo dejó aturdido, corrí hasta la puerta y logré salir de allí.
Me salí del liceo, llegué a una plaza que quedaba a 2 cuadras y lloré, lloré sin parar, sin consuelo, sin descanso, recordaba como ese viejo sucio me manoseaba y me producía asco, pensaba en regresar al liceo y hablar con la directora pero no sabía si me creería, pensé en ir a casa y pedir ayuda, ¡Dios mío! ¿Qué hago?
Llegó a la casa asustada, preocupada, llorando, llena de rabia y Cheo no estaba, no había llegado del trabajo.
Me sentía abusada, sentía terror, los pensamientos venían a mi cabeza y me hacían llorar de nuevo… Pensé, Cheo sabrá que hacer, se hicieron las 7pm y Cheo no llegaba, minutos después suena el teléfono y me dice:
Dagne el jefe me dejó hoy a cargo de la obra, hoy no podré ir a casa, me pidió que por favor me quedara hoy y que como recompensa me regalaría un adelanto para hacer nuestro primer buen mercado. Mientras él hablaba yo pensaba, para que le voy a contar lo que me está pasando, mejor voy a callar y cuando regrese le contaré personalmente.
Al día siguiente tenía exámen de física, por obvias razones no fuí a clases, no quería volver a verle la cara a ese señor más nunca, además estaba asustada de que volviera a tocarme y manosearme.
Cheo llega al día siguiente y se extraña mucho conseguirme en la casa, sabía que por la hora debía estar en clases. Yo al verlo me lancé en sus brazos, y comencé a llorar inconsolablemente, preocupado me preguntó que pasaba, y sin dudarlo le conté todo lo sucedido con lujos de detalles.
Cheo indignado decide que debíamos ir al liceo a denunciar con la directora a ese violador abusivo…
Llegamos a la dirección, después de esperar casi una hora para atendernos, nos hicieron pasar, solo presente la directora de la institución y nosotros, le planteamos la situación y La respuesta de la directora fué:
Es una equivocación, el profesor Faustino es un profesional distinguido, respetable, honorable, de buenos principios y moral, es la palabra de una estudiante contra la de él que está demás decir que cuenta con el apoyo de toda la directiva, nunca nadie ha dicho cosa semejante sobre él, mirándome de forma despectiva.
Sabíamos que no íbamos a tener una respuesta y nos dimos cuenta que el profesor tenía el apoyo de la directora y que nada podríamos hacer, mis lágrimas caían al saber que el viejo verde ese, se había salido con las suyas.
Cheo era una persona tranquila, no le gustaban los problemas, era pasivo, en ocasiones solía pensar que era algo gafo, otro en su lugar, agarra al cochino del profesor y le da una buena lección, pero él dijo… por ahora es mejor que desistas de estudiar, Con ese experiencia tan desagradable, igual no vas a querer hacerlo, ya habrá tiempo para eso.
Al llegar a casa, llore otro poco más, tantas experiencias en tan poco tiempo, y sin saber aún lo que me faltaba…
Mi vida empezó a ir en declive, Cheo trabajaba cada vez más, tenía la meta propuesta de reunir para comprar un terreno y empezar a construir nuestra casa, se había hecho muy amigo de su jefe y tenía su entera confianza, por lo que pensó en afanarse para comprar algo y pedirle a su jefe apoyo para construir una vivienda.
Por otra parte yo permanecía todo el día en la casa, triste, deprimida, mi sueño de terminar mis estudios se habían abanado, siempre soñé con ser arquitecto, guardaba la esperanza de algún día terminar mi bachillerato y sacar una carrera profesional.
Mantenía la casa impecable, siempre le tenía a Cheo su comida caliente y trataba de hacerle lo mejor, llegaba muy cansado de las largas jornadas laborales y llegaba tan rendido que solo quería llegar a comer y a descansar.
Visitaba a mi madre todos los días, vivía a una cuadra de ella, y pese a su carácter era mi refugio y me daba paz, nunca le conté por lo que estaba pasando, las madres a veces suelen ser duras pero lo hacen por protegernos y por nuestro bien, si le contaba mis problemas me diría muy coloquialmente… Ahhh ¿pero no quería tener marido? Ahhh ¿pero aquí estaba hostinada? Está bien, lleve, no joda, la gente está comiendo pan y se van a comer…… Jajajaja yo solo de imaginar esas palabras me reía y al mismo tiempo me arrepentía de querer contarle algo.
Salí a buscar trabajo, ya que ese había sido el trato con Cheo, le pedí su permiso no porque quería sino por ser menor de edad no me daban trabajo, pero él por ser mi esposo y ser mayor de edad si podía hacerlo, así que hice todos los trámites por la prefectura, y al poco tiempo me lo dieron.
Conseguí trabajo en la Cantv, como encargada de una central de teléfonos públicos de los que se le metían monedas para poder llamar jajajaja parece que fue ayer… Me daban propinas y eso ayudo a los ingresos de la casa, sintiéndome útil y al mismo tiempo distraía la mente.
La soledad y la ansiedad cuando Cheo no estaba en casa me aumentaba el apetito, por lo que rápidamente subí de peso y gane unos cuantos kilos de más, a pesar de que estaba trabajando y ganando dinero estaba pasando por una depresión sin saberlo.
Como ya les había contado, Cheo llegaba en las noches muy agotado y yo ya venía planificando en levantar el castigo, de no tener relaciones con él, ya había pasado casi un mes y pues él me había demostrado ser un hombre responsable, trabajador, hogareño, que merecía recibir su recompensa.
Cuando decido sorprenderlo y darle la noticia, la sorprendida fuí yo, ya que me dijo que gracias a su buen desempeño en la empresa el jefe le había regalado un dinero para poder realizar un pequeño viaje de luna de miel y adicional a eso le prestaría una camioneta de la empresa para ir al sitio escogido, obviamente capte el mensaje, el también estaba buscando la manera de que su castigo fuera levantado.
Preparamos el viaje para Adícora en el estado Falcón, él se encargó de montar en la camioneta Chevrolet de esas que son destapadas atrás, allí metió comida, cavas, unas colchonetas y una carpa, ya que el presupuesto no alcanzaba para quedarnos en un hotel y salimos a nuestra luna de miel.
El viaje fue duro para los 2, él porque le tocó manejar solo todo el camino, y yo porque era la primera vez que salía de San Cristóbal hacer un viaje tan largo, nunca había ido más lejos de la casa, solo a Cúcuta cuando íbamos a comprar los estrenos de Diciembre jajajaja
Íbamos cuál turistas conociendo el camino, preguntando aquí y allá como llegar a los médanos de coro, y conseguir al mismo tiempo una playa donde permitieran acampar, fué así como a las 10 de la mañana ubicamos la playa y Cheo empieza a armar la carpa donde pasaríamos nuestro primer encuentro sexual.
Cheo se burlaba de mí, yo nunca había visto tanta agua junta, y en voz alta y con mi inocencia “Gocha” dije… Uyyyyyy hp Cheo que pozononon tan grande, como los que se ven en las películas jajajajaja, Cheo no se paraba de reír, y yo desde lejos miraba sin siquiera hacer el intento de acercarme a la orilla.
Yo tenía una fobia el cual no le había comentado a Cheo, le tenía mucho miedo al mar, está fobia es conocida como talasofobia, aunque nunca había visto el mar, yo no le dije para no quitarle la emoción y la ilusión de pasar la mejor luna de miel después de tenerlo tanto tiempo en espera
Cheo al terminar de armar la carpa, está muerto del cansancio, insolado, y se mete un rato a la carpa a descansar, mientras tanto yo preparaba comida para los dos, lo más alejada que podía de la orilla, ya estaba cayendo el atardecer y la playa estaba totalmente desolada, solo para nosotros dos, el escenario perfecto para nuestra luna de miel.
Comemos, hablamos de las travesías del viaje, le dije que estaba agotada también, pero que le agradecía mucho su esfuerzo por realizarlo y esmerarse en que nuestra luna de miel fuera única, Cheo es un hombre algo introvertido, callado, no es muy cariñoso, y pues si respuesta fué… Está bien Dagne, se hace lo que se puede y me da un pico (beso)
Dormimos una siesta, y al despertar me dice… Ya cae la noche, vamos a buscar agua dulce para bañarnos y empezar con nuestro idilio. Yo pensé, ¿agua dulce? ¿Será que es un ritual antes de hacer el amor? Y después ¿Quien aguanta las hormigas? Jajajaja que ingenua era, no sabía que el agua del mar es salada y el agua dulce es el agua normal que conocemos en San Cristóbal.
Así lo hicimos, él no paraba de reírse y burlarse de mí, decía… si eres campesina Dagne, como no vas a saber que el agua del mar es salada jajajaja y yo le dije… Ay si toche el que sabe mucho del mundo.
Nos bañamos juntos por primera vez, él con cara de morbo me decía estás rellenita pero rica, hoy por fin te probaré y sabrás lo que es ser mujer, me enjabonó suavemente, pasaba sus manos por mi espalda, las bajaba por mis glúteos, y me llevó a un rincón del baño, me puso frente a él y me besó, por primera vez sentí su lengua entrando hasta mi boca profundamente, alzó una de mis piernas para que sintiera su pene firme y mojado, luego se arrodilló lentamente mientras pasaba su lengua por mi cuello, mis senos, mi ombligo, hasta llegar a mi vagina, nuevamente alzó mi pierna e introdujo su lengua en mí, chupo, lamió, beso mi vagina, yo estaba asustada, porq el baño no tenía puerta, solo una cortina que la brisa alzaba a cada instante, le dije me encanta, pero no estoy disfrutandolo, tengo miedo que alguien nos vea… él caliente me abraza y dice vamos, vamos a apagar este fuego ya no aguanto más…
Continuará
#elsilenciodeunamujer escrita por @pratoingrid
Caminamos hacia la carpa que estaba como a 100 metros de distancia del baño donde nos encontrabamos, él caminaba apresuradamente no aguantaba mas postergar nuestro encuentro, en cambio yo…. Yo, tenía miedo, mucho miedo. Sentía mucho deseo, sentía muchas ganas de estar con él, pero había muchas cosas pasando en ese instante por mi cabeza… Tal vez yo era la “gocha” más campesina, pero esa escena no era para mí la más romántica, mi fobia al mar era tan grande que yo creo que el mar lo sintió y en el trayecto del baño a la carpa el mar se “pico” y empezó a subir la marea, sonaba demasiado, las olas chocaban fuerte contra unas rocas que habían ahí, creo que Cheo me había dicho que se llamaba Rompe olas y rugía como queriéndome tragar…
Agarré de la mano fuerte a Cheo, él pensó que estaba tan excitada y deseosa que ya había empezado a enviarle señales de mi afán por terminar lo que empezó en el baño… Cuando en realidad estaba era totalmente asustada y quería salir de ahí.
En eso momento muchas cosas pasaron por mi mente, no es justo para él decirle que me quiero ir, que estoy asustada, que tiemblo de miedo porque siento que el mar me quiere tragar, solo callé, no dije nada, decidí seguir y dejarlo por fin poseerme.
Llegamos a la carpa, para él fue el trayecto más largo del mundo, ya que iba más caliente que la fogata que había encendido minutos antes de irnos al baño.
Cheo me toma con deseo y me estruja, me da un apasionado beso, su adrenalina estaba a mil, me muerde los labios, me alza abriendo mis piernas calzándome en él…
Me tira en la carpa y comienza a besar y lamer mi cuello, mientras sentía como aprisionada su pene firme entre mis piernas haciendo movimientos para frotarme, estaba excitado, descontrolado, levanta una franela de él que yo llevaba puesta hasta la cintura y baja con sus dientes mi ropa interior, temblando y sudorosa del miedo él me dice… Que rico estás bastante excitada como yo, su lujuria era tanta que él no se dió cuenta que era de miedo y no de placer, tanto así que se cegó, olvidó por completo que era mi primera relación sexual, o a lo mejor en el fondo creía que yo había tenido relaciones anteriormente como según su hermana le había echo creer, no sé, en ese momento lo que él deseaba profundamente era cogerme y hacerme sentir su pene.
Al no tener experiencia pensé que debía ser así, sin embargo hubiese preferido que me haya tenido más paciencia de la que ya me había tenido en la espera de estar conmigo, no me sentía igual que la primera noche que dormimos juntos, no me sentía húmeda, no sentía esa presión en mi vagina, no sentía mi clítoris palpitar como esa noche, el pánico estaba apoderado de mí y la pasión apoderada de él.
Acostada y él de rodillas levanta mis piernas y comienza a lamer mis dedos que aún tenían arena, daba pequeños mordiscos en mis batatas y llega a mi entre pierna, siento su respiración muy agitada, me abre fuertemente las piernas e inicia un candente sexo oral, me pasa sus dedos y lengua, su cara metida en mi vagina mientras con sus manos me apretaba las nalgas, el sentía mi temblor, eso lo excitaba mucho más.
Cheo estaba en el punto máximo de placer, me quita la franela y aprieta mis senos, los chupa, muerde mis pezones, me pasa su lengua por todas partes (en ese momento también vino a mi cabeza un recuerdo del viejo sucio del profesor)…
Su sudor quedaba en mi.
Veía su cara entre la luz que producía la fogata.
Notaba como bajaba el sudor por su cara.
Toqué su espalda y mis manos resbalaron de ella llegando a sus nalgas y me dijo… Espera no hagas eso, a los hombres no se le tocan las nalgas
Yo no decía nada, guardaba absoluto silencio él pensaba que yo estaba participando en lo que estaba pasando, solo lo estaba tocando para lograr disminuir el terror que sentía en ese momento…
Ya su cara me gritaba que no aguantaba más, acostada se mete entre mis piernas, levanta mis brazos manteniendolos sujetados con sus manos y me penetra fuertemente de golpe y sin contemplación hasta lo más profundo.
Mi dolor fué tan, pero tan fuerte, que mi grito fue igual, sentí como me rompió, ardía, quemaba, dolía…. Cheo aún sin compasión seguía con su pene adentro moviéndose para eyacular, mientras que yo estaba experimentando la peor sensación de dolor corporal jamás sentido en mi vida.
Esos minutos entre la penetración y su eyaculación fueron eternos, yo lloraba y él sin importarle lo que yo estaba sintiendo continúo hasta que terminó… Yo por mi parte sentía morirme en vida, me sentía mojada con su semen, y no quería ni tocarme.
Él se baja y cae como muerto sin decir ni una sola palabra mientras yo lloraba y lloraba, hasta que dijo… Si eres apatusquera (término que se refiere a exagerar una situación)… Eso es normal que te duela, a todas les pasa eso la primera vez. Salió de la carpa a bañarse dejandome ahí sin decir más nada.
Él sale de la carpa dejándome ahí sola… no sabía que hacer, sentía una agonía, no sabía si llorar, gritar, correr, el dolor estaba allí, acentuado, intermitente, además acostada ahí, ya no importaba el mar picado, ya mi pánico lo producía otra cosa, el mar no me quería tragar, era él, era Cheo el mounstro que me quería tragar y me tragó.
Me cuestionaba muchas cosas
¿Será que soy apatusquera?
¿Será que es verdad que todas las mujeres pasan por lo mismo?
¿A esto es lo que la gente dice hacer el amor?
¿Este es el Cheo con el que me casé?
¿Será normal esto que acaba de pasar?
No era capaz de levantarme, mi cuerpo estaba adolorido, y mi vagina destrozada.
En ese instante llega Cheo y me dice tienes que pararte y lavarte mira como estás, al levantarme como pude, observé que la sábana estaba muy sangrada, me asusté muchísimo y bajo la mirada hacia mi vulva viendola sangrada, sangrado que bajaba por mis piernas y lo mire con odio, diciéndole mira lo que me hiciste… Y él solo se soltó a reír murmurando entre los dientes… ¡apatusquera!
Salí de la carpa, ya no escuchaba el mar, de hecho ni me importaba ya, camino al baño lloraba, y me decía esto no puede estar pasando, que experiencia tan horrible.
Tomé un baño como de 1 hora, quería quitarme la sangre, el miedo, el dolor. Mi mente quedó en blanco, ya no sabía que pensar, que decir, no quería hablar, al llegar a la carpa Cheo había borrado las pruebas del horror, había cambiado la sábana y se había quedado dormido, yo no quería ni acercarme a él, pero tampoco deseaba quedarme por fuera de la carpa todo el resto de madrugada así que entré, me acosté lentamente sin hacer ningún ruido, y dándole la espalda me quedé dormida.
Al igual que la primera vez, desperté temprano, salí en silencio de la carpa, me costaba caminar, sentía un cuchillo enterrado en mi vulva, me dispuse a preparar unos panes y jugo de naranja, al estar listo, empecé a recoger todo, esperé que Cheo se levantara, sale de la carpa y al ver todo empacado me dijo ¿Que pasa?
A lo que respondí: nos vamos
Cheo: ¿Nos vamos?
Yo: si, como escuchaste, hoy mismo nos vamos.
Cheo: Dagne ¿estás loca?
Yo: di lo que quieras, pero yo no paso un día más aquí.
Cheo: ¿Es tu última palabra? ¿Estás molesta conmigo por lo que pasó anoche?
Yo: si es mi última palabra y no quiero hablar de eso, simplemente me quiero ir y eso haremos.
Cheo: como digas.
No sé hablo más nada entre nosotros, el tomó su desayuno en silencio, pensativo, comenzó a desarmar el lugar del crimen (la carpa) mientras yo iba montando las cosas a la camioneta.
Ya para mí Cheo no era el mismo, ya había cambiado mí forma de verlo, no era el mismo sentimiento de picardía y “amor” con el que antes lo miraba, ahora lo veía como un verdugo sin sentimientos, un ser que no demostraba su cariño, pensé que al levantarse iría hacia mí a disculparse por su actuar, a decirme cariño buenos días, a darme un beso y un abrazo para que no lo viera como mi victimario, y no, no hubo ni una sola palabra bonita o de arrepentimiento hacia mí.
Sin más espera, iniciamos el retorno hacia San Cristóbal…
El camino de regreso fué aún más largo que el de ida, ya que en todo el camino no mencioné ni una sola palabra, encendió el radio como para atenuar el silencio infernal que había, él me miraba de reojo, sabía que estaba molesta, sin embargo ni siquiera trato de iniciar una conversación.
Mi vagina estaba muy irritada, en el camino paró 3 veces y al usar el baño en las diferentes paradas mi Panti estaba totalmente sangrada, compré toallas sanitarias colocándolas como apósitos, al intentar orinar sentía que me quemaba, el ardor era intolerable… Caminar realmente era una verdadera tortura.
Tras largas horas llegamos a casa, nos recibió su abuela, una sra bastante mayor pero muy cariñosa, la cara de agotamiento era notable pero ella vio en mi no solo agotamiento sino algo más… Me pregunta: ¿que tal estuvo el viaje?
Yo: muy bien, gracias a Dios
Ella con cara de incrédula me da una palmadita con suavidad en la mejilla y me dice… Hay cosas que no se pueden ocultar hija, y tu cara no es de alegría, esa alegría que se irradia de una mujer que viene llegando de su luna de miel
Pregunta: ¿Por qué vienes caminando así?
Yo: la arena me quemó y estoy irritada.
Ella: ummm, pues aplícate algo para eso, sino tienes yo tengo una cremita milagrosa para eso, ya te la busco.
Yo: muchas gracias, Dios se lo pague.
Ella: hija el matrimonio no es fácil, es algo complicado de entender pero Cheo es un buen muchacho.
Yo: ¿será que sospecha algo? Me despido y le doy las gracias nuevamente.
Entramos a la habitación a acomodar todo, no nos hablamos ese día, ambos queríamos descansar.
Antes de quedarme dormida, converse con Dios, le pedí sabiduría, entendimiento, que me ayudara a entender su voluntad y le pedí perdón si en algún momento había cometido un error. Una vez reconciliada con Dios, mi cuerpo reposo tranquilamente.
Cheo se levanta primero que yo, y se dirige hacía mí diciéndome:
Creo que las cosas no van bien, yo seguiré con el plan, trabajaré fuerte para construir nuestra casa, piensa las cosas y en la noche me dices que quieres hacer, por ahora me tengo que ir, debo entregarle la camioneta al patrón y darle las gracias.
Yo: asentí con la cabeza sin pronunciar una vocal.
Al marcharse se acerca la abuela de él a entregarme unos ungüentos que según ella, eran maravillosos para todo, y me dice… ven para que te tomes una taza de café conmigo.
Entré a su cocina, y con mucho cuidado tome asiento, ella me observaba fijamente, en su mente estaba gestando unas palabras sabias, lo podía presentir.
Me dijo: ¿hija tienes algo que decirme?
Yo: no Sra, ¿Por qué la pregunta?
Ella: tus ojos reflejan muchas cosas, se nota que la estas pasando mal, aunque no me estás preguntando nada me gustaría contarte algo de mi nieto.
Continúa diciendo: Cheo es un muchacho que fue abandonado por su papá, de hecho no lo reconoció, sabías? Por eso el tiene solo un apellido, el de su mamá, su vida ha sido un poco difícil, por eso es que es poco afectuoso, introvertido y algunas veces frío. Pero es un buen muchacho, solitario, y hasta hace no mucho sin obligaciones pero es muy trabajador.
Sigue… ¿Si te cuento algo me prometes no decirle?
Yo: ¡por supuesto!, atenta a lo que ella diría… Ella: eres la primera novia que tiene, el nunca había traído una novia a casa y tú fuiste la primera y ya eras su esposa.
Yo: ¿en serio?
Ella: si, pero el cubría sus necesidades de hombre iendo a sitios de mujeres que cobran por sexo. Él era fiel cliente de ellas antes de tu llegada.
En ese instante me quedé tan sorprendida que solo tomaba café a tragos grandes y guardaba silencio procesando esa información.
Inmediatamente pensé…
¿Será que por eso es así?
¿Será que por todo lo que ha vivido debo comprenderlo?
Agradecí la taza de café, le dije… Tranquila, no diré nada, y busqué una escusa para salir rápido de allí. Ella culmina la conversación diciendo: a veces es necesario perdonar algunas cosas si quieres que la cosas funcionen, hija tu también eres una buena muchacha, ambos merecen ser felices.
Me despido nuevamente dando gracias por su consejo y me retiro.
Entro a la habitación y al encontrarme sola, recuerdo las palabras de Cheo… Piensa y me dices que quieres hacer.
Al mismo tiempo recuerdo las palabras de mi madre… El marido es hasta que la muerte los separe, así no se haya casado por la iglesia… Pienso….. Ahora ¿Qué voy hacer?
Por ahora lo único que deseo es parar de sangrar, sentirme mejor, hacer un stop de pensamientos para poder tomar decisiones…
Continuará…